Los vinos de Gran Reserva o Reserva Privada se caracterizan por el frescor que reciben sus viñedos plantados en torno a cuencas de ríos. Por sus condiciones topográficas, estas cuencas que atraviesan el país de este a oeste se convierten en importantes corredores de aire frío que penetra desde el Océano Pacífico o que baja de la Cordillera de Los Andes, refrescando las uvas.
“Climáticamente, un aspecto diferenciador de Gran Reserva son los vientos que corren por el curso de los ríos moderando las temperaturas y refrescando los viñedos. La madurez es lenta, lo cual mantiene el carácter frutal y fresco de sus uvas hasta la cosecha